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31 mayo 2012 4 31 /05 /mayo /2012 15:44

Permanezco durante unos minutos con los ojos cerrados. Sintiendo como la brisa del mar acaricia mi piel. Los rayos del sol la acompañan y percibo su calor en los parpados y cuerpo, bronceado por la exposición cotidiana.

Decenas de pájaros lanzan sus trinos al viento y la resaca de la mar, se une a ellos en un armonioso coro.

En lontananza escucho el trepidar de un motor. Sin duda pertenece a un pequeño barco pesquero, que todas las mañanas surca las aguas en busca de su anhelado banco de peces.

El monotono arrullo de un grupo de palomas completa la sinfonía. Una orquesta de la que cotidianamente disfruto en la solitaria playa. Únicamente el sempiterno pescador, con el cigarrillo entre los labios y su enjuta figura, recorre con su lento caminar la pedregosa playa, en la que de vez en cuando lanza su sedal, con los deseos de que en alguna ocasión ver al final del mismo un hermoso ejemplar.

Abro los ojos y descubro un nuevo individuo equipado con caña de pescar, silla, bolsa de chillones colores y tocado con un ancho sombrero. Tengo la sensación de que es inesperto en las lides pesqueras y así me lo demuestra en la primera ocasión que tiene de lanzar su sedal. Con un extraño movimiento de su brazo, el bramante realiza una elipse perfecta, pero en sentido inverso al esperado y el anzuelo queda prendido en la silla del desafortunado pescador.

Inmediatamente levanta su mirada para comprobar que tal acción, no haya sido presenciada por ningún viviente. En el mismo instante que yo la dirijo hacia el horizonte, como si hubiera reclamado mi interés algún ave marina.

Realizada la comprobación, pone todo su empeño en lograr rescatar dicho anzuelo, lo que logra pasados algunos minutos. Plega la silla y la deposita sobre la arena, para a continuación efectuar un nuevo lance, esta vez con mejor tino.

De un grupo de palmeras situadas a mi derecha, llega una bonita melodía. El chiringuito abre sus puertas y el personal acomoda las sillas y mesas de la manera mas conveniente. Y entre todo ello, tu imágen se hace visible como si de un sueño se tratara. Caminas lentamente hacia mi con una sonrisa en los labios. Cargada con una hamaca y una bolsa playera, acudo a tu encuentro presto a ayudarte. Te recibo con un beso en los labios y espero a depositar tus cargas en el terreno, para estrecharte entre mis brazos. Siempre que lo hago, siento como si la sangre fluyera velozmente por mis venas y arterias y el corazón tratara de abrirse paso en mi pecho.

Desde que llegaste a mi vida el mundo me parece mas hermoso.

Despertares agradables y siempre tu en mi mente y mi corazón.

Presente estás en mis sueños, donde ambos visitamos múltiples lugares y nos amamos en paradisiacas playas o cómodos tálamos sobre el mar.

Siento un apendice humedo lamer mi pierna. Es un bonito can que me muestra su reconocimiento, mientras mueve nerviosamente su cola. Su amo silba en la lejanía reclamando su regreso, lo que consigue en pocos segundos.

He quedado nuevamente solo. Tu no estás. Pero tengo la confianza de que en estos momentos, estés pensando en mi en un lugar distante.

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1 mayo 2012 2 01 /05 /mayo /2012 18:53

Entrelazadas nuestras manos caminamos pausadamente sobre la dorada arena. El sol a nuestra espalda proyecta nuestras sombras unos pasos mas adelante, haciendo destacar tu mayor altura y esbeltez.

El motor que impulsa nuestra sangre por las arterias, ha comenzado a latir aceleradamente, desde el mismo instante que he sentido el contacto de tu piel.

La suave brisa mezcla en una simbiosis perfecta, la fragancia de tu cuerpo y el aroma inconfundible de la mar.

Hemos permanecido en silencio unos minutos, pero no necesitamos decirnos nada. Son instantes en los que la felicidad me embarga y siento como mi amor por ti, aflora a través de los poros de mi piel.

Tu especial sensibilidad detecta mis agradables sensaciones y dejas escapar una sonrisa mezcla de cariño y triunfo, porque me he postrado ante tus encantos personales.

Asimismo percibo en ti una paz que me transfieres y nos traslada a ese mundo paralelo del que no queremos escapar.

Como si nuestras mentes estuvieran conectadas por un invisible enlace, ambos pronunciamos al unísono... " Cariño ¿ que te parece si ..... ?

Nos miramos y liberamos una sonora carcajada. Yo caballerosamente, como no puede ser de otra manera, te cedo la palabra y expresas oralmente lo que ya se...

¿ Que te parece si vamos a comer a ese restaurante que tanto nos gusta ?

Mi respuesta la acompaño con un delicado beso en tus labios....

- Claro que si mi amor .

Roto nuestro silencio, continuamos recorriendo la playa hablando de nuestras cosas y bromeando en algunos instantes con cualquier acontecimiento que se produce.

 

Cuatro días de merecido descanso en tu arduo y agotador trabajo.

Una profesión la de magisterio, que pocos valoran en su justa medida. 

Entrega, responsabilidad, paciencia y deseos de colaborar por un mundo mejor y mas cultivado. Y como baluarte, la defensa de unos valores que un sector de la sociedad ha depreciado, ajado y..... ultrajado.

Necesito plasmar en la arena lo que siento por ti y ayudado de un albo canto rodado, escribo esas dos hermosas palabras que definen mis sentimientos.... ¡ Te quiero !

No obstante en pocos segundos, estas desaparecen con la resaca de la mar, como si pretendiera hacerlas suyas en un acto de desmedidos celos.

Pero sabes que ese amor es  puro y sincero y permites que queden grabadas en tu corazón. Allí nadie podrá borrarlas sin tu beneplácito.

Levanto la mirada del papel, en el cual he escrito estas últimas palabras y descubro que me encuentro totalmente solo, en la tranquila playa a la que suelo acudir cada mañana, siempre que la bonanza del tiempo me lo permita.

Hoy es 1 de mayo. Día del trabajador.

Te imagino a mas de un centenar de kilómetros disfrutando de la festividad. Tal vez en compañía de tu familia.

Mientras tanto yo continuaré pensando en ti y deseando egoistamente estar en tu mente y tu corazón.


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17 marzo 2012 6 17 /03 /marzo /2012 07:04

Con la bonanza del tiempo, me gusta disfrutar de la vista que me depara el privilegiado lugar en el que resido.

El mar, la montaña, los pájaros  realizando un sinfin de cabriolas hasta que localizan el lugar idóneo donde descansar y emitir sus trinos. 

Las gaviotas con un volar mas elegante, al acecho de cualquier pieza que pueda satisfacer su voraz apetito. Los graznidos que brotan de sus siringes asemejan el llorar de un niño.

La calma inunda el lugar, unicamente roto por el paso de algún que otro vehiculo motorizado.

Mis pensamientos recorren vertiginosamente cientos de kilómetros, hasta el lugar en el que te encuentras. Las imágenes llegan nítidas a mi cerebro.

Tu deambular activo por la casa y tras tus pasos, tu inseparable can. La raza no importa. Es un fiel amigo que siempre está cuando le necesitamos. Sus peticiones son mínimas y sin embargo, el nos brinda compañía, cariño y protección.

No has dejado de cumplir con tus deberes de madre y esposa. Tampoco con todas las actividades del hogar y del campo, a pesar de que los dolores provocados por tu enfermedad a veces son insoportables.

Tu faz denota tristeza y sufrimiento, pero siempre tienes una sonrisa para regalar y palabras de aliento para todo aquel que lo necesita.

Que desconsiderados somos a veces, que solicitamos un signo de cariño o afecto por una nimiedad, cuando aquellos que nos lo brindan sufren terribles enfermedades en silencio, con suma entereza y valentia.

Hay personas que deberían vivir eternamente por lo que aportan a la sociedad. No solo su sabiduría, sino su bondad, su amor a los demás y su ejemplo.

En muchas ocasiones he deseado que nuestra vida caminase a camara lenta. Que cada minuto durara 300 segundos, para poder disfrutar mas profundamente de personas tan especiales. Aprender de ellas e intentar ser mucho mejor cada día.

Generalmente somos un mundo materialista y egoista, que continuamente busca su propia felicidad, sin darnos cuenta que esta se encuentra muy cerca de nosotros y que solo tenemos que aminorar nuestro paso y observar mas detalladamente quien camina a nuestro lado..... estar abierto a las sensaciones.

A la edad de seis años escribí estas frases, en esos días que sufría castigo por.... ¿ quien sabe que ?, entre cuatro paredes que cada vez me aprisionaban mas.... " La vida es corta. La muerte es larga. La vida nos enseña... y la muerte nos olvida ".

Para bien o para mal somos recordados.

A lo largo de mi vida he cometido muchos errores. Unos por ignorancia, otros por acelerar mis decisiones y otros por desconfiar de las personas capacitadas para darme los consejos oportunos. Pero nunca fue por maldad o egoismo. Tal vez esa parte que llevo de niño y de la que no quiero desembarazarme, haya tenido cierta culpa, pero culpa justificada al fin y al cabo.

Por todo ello tengo que continuar aprendiendo de personas que merecen todo mi respeto y admiración. De aquellas como tu que has dejado honda huella en mi. Por esa bondad, ese amor a los demas. Por tu completa dedicación a todos aquellos que sufren terribles males y que necesitan una palabra de consuelo. O esos cuidados que serán posiblemente los últimos que reciban en su vida, anteponiendolos a los que tu delicada salud requiere.

Mi modesto homenaje a todas aquellas personas que como tu, dedicais gran parte de vuestra vida a hacer el bien. A sanar a los dolientes. A mitigar su sufrimiento con vuestras inapreciables atenciones. A consolar a los aflijidos..... y en definitiva, a entregaros en cuerpo y alma al mundo del dolor y de la pena. Y si la sociedad no sabemos reconocer vuestro mérito, que sea Dios quien os lo premie.

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25 enero 2012 3 25 /01 /enero /2012 07:24

Dormí plácidamente hasta bien entrada la mañana, despertado por el silbato característico del afilador y su sempiterna cancioncilla para atraer clientela. - ¡ El afilador ! Se afilan cuchillos, tijeras, navajas.... y vuelta a sonar el silbato...

El sol inundaba la estancia y anunciaba un agradable día de primavera.

Salté de la cama como si hubiese sido expulsado por un resorte y me dirigí a la cocina a prepararme el desayuno. Sentía un apetito voraz y ansiaba encontrarme ante dos huevos fritos y una generosa ración de jamón. Puse a calentar el aceite en la sarten y mientras tanto, fregué la copa de vino que aún mantenía residuos de la noche anterior, sin advertir que algunas gotas de agua caían sobre la superficie oleosa. Las salpicaduras del ardiente elemento fueron en aumento, no dejando lugar idemne en paredes, suelo y mi persona principalmente. Cuando trataba de acercarme al causante de tal ametrallamiento para retirarlo del fuego, parecía arreciar y me obligaba a retirarme a lugar mas protegido. Recordé que tenía un fino chubasquero en el dormitorio. Me lo ajuste al cuerpo tratando de no dejar el minimo resquicio por el que pudiera herirme el atacante y me coloqué unos guantes de goma. Así pertrechado conseguí retirar la sarten del fuego. El salpíque se había esparcido por toda la cocina y me dispuse a limpiarla, antes de que mis huellas quedaran grabadas por toda la casa. El pantagruélico desayuno quedo convertido en frugal. Una manzana y un café bebido fueron los únicos alimentos que tomé.

Una de las primeras cosas que debía hacer en la mañana, era visitar a don Matias, dueño de un establecimiento en el que se vendía toda clase de artículos y agenciarme una docena de copas de fino cristal para vino.

Me afeité y me aseé en pocos minutos y bajé a la calle vistiendo traje gris impóluto y camisa blanca. Nunca fué de mi preferencia coronar la testa con sombrero, aunque la moda lo requiriera. En una ocasión tuve la oportunidad de probarme uno de ellos ante un espejo y la imagen que me devolvió la consideré tan grotesca, que desde ese mismo instante decidí que no vestiría esta clase de complementos, fuera cual fuese su composición, forma o apelativo festivo.

Los lacerantes rayos del sol hirieron mis pupilas por unos segundos, hasta que estas se acostumbraron a la intensa claridad.

Desde la lejanía pude observara don Matias en la puerta de su negocio, saludando a la vecindad y liando sus inseparables cigarrillos Ideales. La maestría que demostraba al elaborar el pitillo era asombrosa rayando la perfección.

Me recibió con un fuerte apretón de mano y una densa nube de humo al ser expulsada de sus pulmones, lo que me provocó una nerviosa tos y dandome una sonora palmada en la espalda me dijo : - " Que blandengue eres Calixto ".. pasando al interior del local junto a mi. Allí solicitó la presencia de un empleado suyo para que atendiera mi solicitud y me condujera al lugar donde se encontraban los objetos de vidrio.

Mientras el dependiente atendía a otro cliente, quedé solo frente a la estantería cargada de vasos y copas de todo tipo. Reclamaron mi atención unas bellas cráteras de fino cristal y al comprobar con una de ellas su resonancia, la golpeé sin intención y cayó al suelo hecha añicos, quedando en mi mano el delgado gollete. Sentí como la sangre subía aceleradamente a mi rostro y habría dado cualquier cosa por hacerme incorpóreo en ese momento.

A la hora de abonar la docena de copas que había elegido, quise añadir al precio aquella que había fenecido de manera tan explosiva, pero don Matias se negó en redondo y recomendó que fuera embalado el cristal de manera adecuada, entendiendo cierto sarcasmo en su petición y despidiendome en la puerta de su comercio afablemente.

Mi estomago reclamaba con sonóra algarabía una ración mayor de alimento y decidí entrar en Casa Chato. Taberna que aún mantenía la decoración del año en que fué inaugurada a principios del siglo pasado. Maravillosa cerámica de Talavera y mobiliario de la época, aunque indudablemente restaurado en varias ocasiones o sustituido por ejemplares similares. Eran famosas sus tapas variadas y el exquisito pincho de tortilla con salsa rosa.

La primera vez que entré en este local, recuerdo que me impresionó la belleza del mismo y el olor característico del vino, almacenado en grandes barricas de roble superpuestas unas con otras y prestas para llenar botellas y garrafas, por medio de su respectivo grifo de madera. Se detallaba en el frontal de cada una de ellas con tiza blanca el contenido de las mismas.... - Valdepeñas, Rioja, Manzanilla, Vermut y Vinagre.

Cuando inauguro el establecimiento el padre del actual propietario, lo hizo con el nombre de Casa Fornells. Francesc Fornells había nacido en la ciudad de Barcelona y al culminar la guerra civil española, los padres tuvieron que trasladarse a Madrid por obligaciones laborales. Allí pronto se sintió atraido por el mundo del boxeo, en el que rapidamente demostró sus habilidades y comenzó a entrenar en un gimnasio propiedad de un celebre ex boxeador español.

En unas cuantas peleas su nariz fué fiel reflejo de los golpes recibidos y en la barriada comenzó a utilizarse el apelativo de " El chato " Cuando años mas tarde abrió la vinatería, la propia clientela le animó a sustituir el nombre inicial y sustituirlo por el que era mas conocido.

Allí solían ir a jugar sus partidas habitualmente Berruguete y Casacales.

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21 enero 2012 6 21 /01 /enero /2012 16:21

Habían transcurrido cuarenta y cinco años desde que un día como hoy, viera por primera vez la luz un diminuto cuerpecillo al que sus orgullosos padres pusieron por nombre Calixto. Años después de mi nacimiento conseguí averiguar porqué habían decidido mis ocurrentes parientes elegir tan peculiar nombre.

Cierto día paseando mis padres por el parque cercano a su domicilio, encontraron en un banco un ajado libro encuadernado en piel y en cuya portada rutilaba el titulo del mismo en letras doradas.... " La Celestina " de Fernando de Rojas. Tras agotar el tiempo apropiado para que apareciera el propietario del ejemplar, decidieron llevarlo en lugar bien visible por si era reclamado. Dado que esto no sucedió, la citada obra pasó a engrosar la pingüe colección de mis progenitores.

Cierto día en el quinto mes de embarazo, mi madre decidió comenzar a leer aquel volumen y quedó tan impresionada con la dramática historia, que en conformidad con mi padre, al termino de la lectura quedé nominado, siendo sustituida la "s " por una " x ", quizás en recuerdo de los Papas que ostentaron dicho nombre. Aunque esperaba que mi vida fuera muy diferente al epílogo de la obra.

Por lo tanto Calixto Cifuentes Madariaga, de profesión escritor y residente en la capital, a la que se trasladó desde su pueblo natal hace ya veinticinco años, animado su benevolente madre y gracias a unos dineros que le suministraron, se hizo con el bonito piso en el que reside y sufragó los primeros gastos hasta que consiguió su primera colocación.

A los pocos meses de su llegada, encontró empleo en un negocio familiar. Una tienda de ultramarinos atendida por un matrimonio de edad avanzada y sin descendencia, lo que pronto provocó la aceptación y el cariño de sus nuevos jefes. Solamente un año despues, cualquier cliente que entraba en el establecimiento observaba el trato preferencial que le deparaba la pareja, como si de un hijo se tratara.

Don Rosendo por ejemplo, vivía en el mismo edificio desde hacía muchos años. Se casó a temprana edad y adquirió la propiedad pocos meses despues de su acabado y allí había morado el matrimonio, hasta que ella murió de una terrible enfermedad el pasado año. El triste final de un hermoso  y apasionado amor que duró cincuenta años.

Doña Milagros otra nonagenaria. Mujer que desbordaba simpatía y amabilidad. Vestía elegantemente y ayudaba su andar con un bonito bastón de empuñadura de plata. Esta encantadora señora conoció la viudedad a los cinco años de contraer matrimonio y desde entonces mantenía respeto por la memoria de aquél atractivo empresario que había robado su corazón y que se marchó cierta mañana de enero sin apenas proferir un suspiro.

Zacarias Berruguete era sin embargo un individuo parlanchín, con una imaginación desbordante y simpatía arrolladora, que hacía honor a la ciudad que le vio nacer... Sevilla. De profesión pintor " de brocha gorda " , eran continuas las bromas que tenía que soportar del vecindario debido a su primer apellido, por el que era conocido y que el mismo se encargaba de utilizar con sarcasmo, aludiendo a la importancia que le daba la gente a que su casa fuera pintada por  Berruguete.

Zacarias era muy amigo de otro personaje muy renombrado en el barrio y compañero de este en el " sagrado juego del mus ", y otras andanzas con el género femenino...

Toribio Cascales del cual se desconocía profesión alguna, aunque mantenía un tren de vida acomodado. Característico en el era su peculiar manera de andar, como si de un torero al hacer el paseillo se tratara.Tal vez el trato y vivencias con tan singulares personajes, provocó que años despues Calixto Cifuentes se interesara por la escritura y su deseo de trasladar al papel sus experiencias.

Sixto y Elisa los propietarios de la tienda, eran dos buenas personas que llevaban toda su vida en el oficio, aunque antes de instalarse en el local actual, ofrecían sus productos desde un artístico carro tirado por dos hermosos equinos. La venta callejera les proporcionaba sensibles beneficios, pues visitaban casa por casa y algunos establecimientos de importancia, que les comenzaron a realizar magnos pedidos, lo que les obligó a contratar personal y modernizar su sistema de transporte.

Meses después la empresa había adquirido tal proporción, que necesitaron de los servicios de un gerente para que se ocupara de la contabilidad y gestión administrativa. Aquello supuso el principio del fin de dicha empresa.

En pocas semanas el administrador se convirtió en un hombre acaudalado, gracias a los manejos fraudulentos en la sociedad de la inocente pareja. Cuando tuvieron conocimiento del desastre ya era tarde y se encontraron en la absoluta ruina. Solo contaban con sus propiedades que tuvieron que malvender para adquirir el modesto piso en el que residian actualmente y el local en los bajos del edificio, que destinaron a la venta de ultramarinos.

 

Tres campanadas anuncian el rápido pasar del tiempo. Al levantarme noto los efectos del vino ingerido. Es una sensación agradable que me provoca una risa incontrolada. Yo mismo hago por silenciarla frente al espejo del salón, llevandome un dedo a los labios. Alguien con el sueño ligero ha sido despertado y me anuncia con mal talante... ¡ Que son las tres coño !.. ¿ No habrá sido el reloj del ayuntamiento el que le ha desvelado ?

Yo pienso que el anuncio ha partido del señor Barriga. Venancio Barriga Maroto, hombre de poca cultura pero muchos dineros. Casado con doña Enriqueta Castejón, mujer de " pelo en pecho " y no me cabe duda que en otras partes del cuerpo. Despótica, poco agraciada físicamente y de reconocido mal caracter. Seguramente Venancio ha pretendido con su exclamación dejar constancia de su hombría ante la dama.

Todo queda en una mera anécdota, al no reiterarme en mi expresiones risueñas. Cuando me encontrara con mis vecinos les pediría excusas y como respuesta obtendría una especie de gruñido. El mismo que al darles los buenos días, tardes o noches.


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16 enero 2012 1 16 /01 /enero /2012 13:18

Por el angosto callejón mi deambular es pausado y dubitativo, como si temiera tropezar con cualquier obstáculo escondido y al acecho para provocar mi caída.

La noche es oscura y apenas puedo vislumbrar a unos metros de distancia.

Dos únicos faroles, que sin duda vivieron tiempos mejores, permanecen rígidos y apagados. Las secuelas del apedreamiento por parte de jóvenes delictivos, quedan latentes y mis pies prensan restos vidriados.

Temo horadar el silencio de la noche y me impongo acallar mis pasos, aguzando la vista como si de un felino se tratara.

Doblo una esquina y me encuentro en una calle algo mas iluminada y algún que otro viandante.

Una mujer fuma un cigarrillo apoyada en la pared, junto a la puerta de lo que parece ser una taberna. Su rostro es iluminado en parte, por la luz que irradia un viejo globo de cristal a unos centímetros sobre su cabeza.

Al sentir mi presencia, lanza una furtiva mirada y continúa fabricando volutas de humo, sin mostrar mayor interés por mi persona. Paso junto a ella y por unos segundos dudo en atravesar la puerta del garito. No quiero romper mis pensamientos y decido prolongar mi caminata.

El quejido de una vieja ventana al abrirse y las posteriores palabras " agua va ", me anuncian tardíamente el desagradable desenlace. Mi cuerpo ha sido cubierto ampliamente por los orines evacuados de una o varias hermosas vejigas. La causante de tal atropello, una rolliza mujer, observa la escena compungida y trata de solventar tal desatino, vaciando nuevamente sobre mi el contenido de una magna palangana. Agua gélida pero cristalina en esta ocasión, con lo que supone saldar su cuenta conmigo y desaparece en la oquedad de mortecina luz.

Al parecer nadie ha presenciado el suceso y me encuentro totalmente empapado, sin saber que hacer e imagino que con la incredulidad reflejada en el semblante.

Mis pasos me conducen a una vía mas transitada e intento parar un taxi, pero la necesidad perentoria de llegar a mi casa cuanto antes para despojarme de la ropa mojada y maloliente debe retrasarse. Las miradas de viandantes y conductores, evidencian estupor, curiosidad, pena y.... hasta algunos de ellos se carcajean de mi astroso aspecto.

Pero la naturaleza se apiada de mi. En pocos segundos lo que empezó a ser una ligera llovizna, se convierte en un fuerte aguacero. Ahora soy yo quien ríe sonoramente y al primer intento de solicitar el servicio público anteriormente denegado, encuentro ante mi el deseado transporte y con la puerta abierta desde su interior por el conductor.

Es curioso como puede cambiar el proceder del género humano en décimas de segundo. Puede ser despiadado y a su vez piadoso. Egoísta y dadivoso....

El golpeteo de la lluvia al caer sobre la carrocería del coche y el locuaz  chófer, acompañan y amenizan el tiempo hasta llegar a mi residencia.

Tras despedir al taxista previo pago del recorrido, abro la puerta del portal y descubro con desagrado la falta de luz en su interior, por lo que tengo que subir por las escaleras en completa oscuridad, sirviéndome de las manos para evitar un inesperado encontronazo. No obstante tropiezo al no calcular bien el numero de escalones y doy con mi maloliente cuerpo en el primer descansillo, golpeándome fuertemente en la nariz con el pasamanos. El dolor es intenso y siento el característico sabor de la sangre en mis labios.

Laboriosamente consigo alcanzar el segundo piso y abrir torpemente la puerta de mi casa. Enciendo la luz y me dirijo inmediatamente al baño. El espejo me devuelve la imagen de un individuo desaliñado y con el rostro tumefacto y teñido de color carmesí. Me despojo de la pestilente vestimenta y me doy un reparador baño. El rostro me arde y siento como centenares de agujas horadan mi piel.

Tras secarme y aplicar a mi magullada cara el apósito correspondiente, descorcho una botella de vino y me dispongo a dar cuenta de ella. Salgo al balcón y descubro que ha dejado de llover. Escancio una generosa ración de mi preciado tesoro, en la única copa existente en el aparador del salón y doy un largo sorbo paladeándolo lentamente antes de ingerirlo.

En la plaza de San Agustín reina la calma. Únicamente un rezagado transeúnte camina con celeridad, buscando sin duda el amparo de su cálido hogar.

El olor peculiar del pavimento, arboles y tierra mojada, impregna mis fosas nasales. Acerco una silla y me dispongo a disfrutar de la quietud de la noche y continuar con mis lejanos pensamientos.....

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8 enero 2012 7 08 /01 /enero /2012 18:02

Era una tarde normal. No hacía ni frío ni calor. Comenzaba a anochecer y decidí entretenerme unos minutos chateando en una página que desconocía y que sus anónimos internautas utilizaban con cierto desparpajo.

Mi ignorancia  de como utilizar este medio era absoluta, pero una mano salvadora acudió en mi ayuda. Alguien contactaba conmigo y deseaba hablar en privado.

Transcurridos unos minutos tuve la certeza de que se trataba de una persona muy especial. 

Denotaba buen nivel cultural y se expresaba con toda corrección.

El poder de la imaginación es extraordinario y comenzó a dibujar su imagen en mi cerebro. Cabellos dorados, ojos azules, faz ovalada y sonrisa dulce.....

Acordamos contactar nuevamente en dicha página, hasta que convenimos comunicarnos por medio de un sistema mas comodo y rapido.

Pasó algún tiempo hasta que pude comprobar que aquella efigie ficticia, se hacía realidad en la pequeña pantalla de mi ordenador.  La similitud entre una y otra era excepcional.

Una extraña sensación en el estomago, acompañada de un curioso temblor en mis manos, se acrecentó aún mas

al escuchar su delicada voz.

De una charla intrascendente pasamos a comentar sucesos acontecidos en nuestras vidas, a cual mas interesante.

Su conversar alegre y fluído hacía que las horas pasaran sin apenas darme cuenta. Poco a poco puede ir comprobando que nuestras coincidencias en gustos y preferencias superaban mayoritariamente a nuestras discrepancias.

Cierta noche departimos largamente y me hizo participe de sus penas y dolencias. Aquello provocó en mi un acercamiento mayor y esa extraña emoción crecía en mi interior hasta atenazar mi garganta y provocar una insólita sudación.

Nos hallabamos lejos el uno del otro geográficamente hablando, pero nos sentíamos muy cerca y casi se podía escuchar el latido de nuestros corazones. El mio sin duda galopaba como intentando llegar cuanto antes al encuentro de su gemelo.

La imagen ficticia y la real se amalgamaron en una sola y pude disfrutar en la mampara luminosa  de la visión de una bella fisonomía, que mas tarde se convirtió en adoración. Un ser exquisito, delicado y de sonrisa deleitosa, que trastornó mis sentidos.

Ahora cuando escucho su voz la equiparo a los maravillosos sonidos escapados del mas perfecto Stradivarius.

Primorosas notas musicales que alegran mis oidos y enamoran a mi corazón.

Muy pronto estaremos juntos, sin sistemas electrónicos e informáticos por medio.

Instantes llenos de tensión y nerviosismo y una maravillosa sensación de felicidad.

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2 enero 2012 1 02 /01 /enero /2012 07:56

Desde mi privilegiado enclave, diviso erecto el torreón rodeado de un hermoso manto verde y coronado por albos cúmulos.

Hoy el cielo sonrrie tras varias jornadas derramando sus lágrimas y convirtiendose estas en caudalosos arroyos que mueren su mayor parte en el mar.

El sol acaricia mi piel y una suave brisa impregna mis fosas nasales, con los inconfundibles aromas del mar y la tierra mojada. A estos se une el de la hierba recien cortada en el jardín.

El disfrute del paisaje al contraluz, provoca que mi mente juegue con la floresta y el hermoso pinar, se transforme en cientos de brocolis en formación, bajando la ladera al compás del susurro del viento que comienza a adquirir presencia.

A mi izquierda la lujosa residencia de ancianos, a los que algunos denominan " tercera edad "... ¿ cual es la cuarta ?... o¿ o la quinta ? ¿ Porqué ese temor a llamar vieja a una persona ?... como si con ello restaramos edad o males físicos.

Unos metros mas abajo, una lengua terrosa recibe a las ondulantes aguas del mar Mediterráneo. Un solitario pescador acomodado en los riscos, espera pacientemente que la voracidad de algún mandamás satisfaga su ego.

Hoy es día de mercadillo. Desde temprana hora comienzan a llegar los vehículos cargados con toda clase de pertenencias. Ropa, productos de marroquinería, perfumes, plantas, artículos de ferretería, embutidos y las estrellas principales.... las verduras y frutas.

El característico entrechocar de metales al levantar los tenderetes, me despierta y sigo con atención desde la terraza las evoluciones de los mercaderos.

La colocación de las frutas y verduras se ajusta a un protocolo, que rara vez es violado. Destacando el perfecto orden y la multiplicidad de colores. El amarillo de los limones y manzanas. El rojo de pimientos y tomates. Verde de lechugas, apio, calabacínes, alcachofas y perejil. El blanco de puerros y cebolletas....

Comprar a primera hora asegura escoger el mejor producto, sin agobios y poder pasear sin aglomeraciones de futuros clientes o turistas curiosos que acuden al lugar acompañados de mascotas. Jovenes madres que maniobran coches infantiles. Ancianos o invalidos en vehículos eléctricos.....

Los vendedores reclaman la atención del cliente de múltiples maneras. La clásica exposición oral de sus productos. Recientes éxitos musicales escapando de negros altavoces. Algunos aluden a la belleza de alguna dama y la ofrecen degustar gratuitamente alguna fruta.. Otros hacen uso de su imaginación y recitan pareados, que sin duda han estado ensayando la noche anterior..... " Mandarinas de Gandía, las robo de noche y las vendo de día ". o " Mandarinas del tio Frasquito, el las recoge y yo se las quito ".

A mediodía el ambiente se encuentra en su apogeo. Un rio humano fluye entre los escasos cuatro metros que separan una hilera de otra. Molestos ladridos de minusculos chuchos, son la nota discordante en un ambiente festivo y costumbrista. Aunque la inoportunidad es de los dueños que desconocen el lugar apropiado para pasear a sus cuadrúpedos. Como norma sanitaria, un animal no debería permanecer en lugares donde se dispensan alimentos. A esto hay que añadir que el canino se excitará ante tal marea humana y lo expresará con una cantinela poco grata al oido.

Al llegar las dos de la tarde, la clientela disminuye progresivamente y comienzan a levantarse los primeros puestos. Una hora después, solo quedarán los residuos para ser recogidos por una eficiente brigada de limpieza.

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14 agosto 2011 7 14 /08 /agosto /2011 19:01

Mis comprometidos amores Bajo cuidadosamente la lengua acerada y roqueña hasta que mis pies son acariciados por las espumosas aguas.

Una hendidura en el relieve costero, apenas visible para el desconocedor del terreno.

En mi afan por descubrir nuevos emplazamientos a los que no llegase la marea humana veraniega, acerté a encontrar ese lugar de paz y sosiego, unicamente roto por las apacibles embestidas de las olas contra las rocas.

Desde ese privilegiado enclave, puedo observar el paso de los ferrys, motoras y canoas, estas últimas controladas expertamente por sus ocupantes.

Frente a mi a unos centenares de metros, tal vez una milla marina, se encuentra la piscifactoría.

Algunos pícaros pescadores acercan sus barcas a la zona, esperando una rotura en algún lugar de la red y poder capturar ese preciado tesoro.

En una ocasión pude comprobar la carga de uno de estos intrépidos furtívos, con ejemplares de tamaño considerable. Asimismo me comentó el extraordinario encuentro con un grupo de delfines, que durante un tiempo juguetearon alrededor de su embarcación, lo que le mantuvo sobrecogido durante algunos instantes. Sin duda todo atrevimiento conlleva unos riesgos.

Subo a la pétrea atalaya desde la que escribo estas líneas, que pronto verán la luz de tus lunas. Esos vivarachos ojos que me encandilaron cierto día de un mes de diciembre.

Mi amado Mare Nostrum me saluda con una cortina de diminutas gotitas de agua que salpican mi cuerpo. Ella sabe que me agrada y hasta consigue arrancarme alguna que otra carcajada. Nunca ha pretendido amedrentarme ni provocar en mi desasosiego. También es cierto que yo no trato de inducir su ira. Una simbiosis perfecta.

El bello paraje que me circunda acompaña mis pensamientos. Te imagino en tu labor cotidiana, alegre, activa y eficiente. Esperando ambos el ansiado momento del reencuentro. Quizás pensemos al unísono por unos instantes, en ese paradisiaco lugar en el que desearíamos morar, abrigados por el silencio y cercados por las verde azuladas aguas de nuestro querido Mar Mediterráneo.

Los sueños.... sueños son. Pero que inapetente vida si no nos acompañasen durante nuestro efímero caminar por ella.

Cuantos momentos han llenado en circunstancias adversas. Y.... a veces se convierten en realidad. Esa realidad que es el amor deseado durante décadas y felizmente encontrado.

El mar y tu sois mis comprometidos amores.

 

RAFAEL CIGES TAPIA

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1 agosto 2011 1 01 /08 /agosto /2011 17:46

El Ferry de las nueve horas pasa inexorablemente en dirección al puerto, en busca de nueva clientela turística para trasladarla a su recorrido habitual por la bella costa alicantina.

Algunos días disfruto de un tramo de su trayecto, desde un punto de la estrecha vereda que utlizo para llegar a mi solitaria playa, bordeando la acerada costa. Hermosas imágenes las que desde allí se disfrutan, muy cerca del lugar que elegí para depositar la foto de mi fenecido padre. Desde ese privilegiado emplazamiento puede sentir la paz. El silencio unicamente roto por el graznido de las gaviotas.

A izquierda y derecha puede contemplar hermosos acantilados y frente a su posición la sempiterna almadraba.

El hecho de haber colocado su anciana imágen en aquel lugar, fué a causa del desagrado que me provocó la decisión por parte de mi familia, de enterrar su cuerpo en un cementerio de la capital. Tengo la absoluta seguridad de que sus deseos eran ser incinerado y sus restos esparcidos entre la isla de Mallorca y el litoral alicantino. Pero siento que el es feliz aquí, al poder despertar cada mañana y contemplar tan majestuoso paisaje.

Ahora siento no haber podido gozar mas de su compañía y sobre todo de sus enseñanzas, su magna cultura y su sarcástico humor.

Murió de un terrible cancer, aunque al menos tengo la seguridad de que no sufrió y dudo que tuviera conciencia de su enfermedad, pues esa fué mi intención desde la aparición del mismo.

Siempre quedará grabada en mi mente su figura inmovil sobre el lecho, con los ojos cerrados y semblante tranquilo. Se había marchado sin pronunciar una sola palabra. Solo un suave gemido.

Antes de iniciar su largo sueño, sentí como se despedía de mi. Con las escasas fuerzas que le restaban, realizó el esfuerzo de incorporarse, sujetandose fuertemente a las barras de la cama y clavó sus ojos en los mios, manteniendose así durante unos segundos. Despues entró en coma, del que ya no regresaría.

Murió un 19 de septiembre, diez días despues de haber celebrado, si se le puede llamar así, su 88 cumpleaños.

Desde entonces siento su presencia muy cerca de mi. En algunas ocasiones he llegado a escuchar su respiración y hasta disminuir la temperatura de la zona en la que me encuentro.

¿ Es la mente que juega con las sensaciones o realmente suceden estos cambios físicos ?

Lo importante es que me gusta y disfruto con la idea, aunque egoista, de que se ha quedado muy cerca para velar por mi y aconsejarme sabiamente mediante susurros inaudibles para el resto de los mortales.

 

Hoy he vuelto como casi todos los días junto a su foto y descansar unos minutos de mi larga caminata y a su vez disfrutar del apacible lugar donde se encuentra.

Mi mente deja escapar uno de tantos recuerdos que tengo de el.....

Cierto día de verano, nos encontrabamos junto al pantano que algunas veces visitabamos y en el que refrescabamos nuestros cuerpos, eso si  con extrema precaución, pues existían lugares traicioneros y ciertos remolinos que se formaban que podrían absorver hasta al mas experimentado nadador.

Mi padre se encaramó a una roca y catapultó su cuerpo hacia las oscuras aguas dibujando un perfecto arco en su caida. Su sumersión interminable comenzó a preocuparnos, hasta que asomó su sonriente faz en la lejanía, demostrando orgullosamente a mi madre, a mi hermano y a mi, su portentosa capacidad pulmonar.

El sabía de mi admiración por estos hechos, que compartía días despues con mis amigos o compañeros de colegio. Era un experto nadador y un atleta.

Hasta otro recuerdo querido padre.


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